miércoles, 8 de octubre de 2008

Amigo.


Si este fuera un mundo donde estuviera permitido ser honesto, si no dejáramos de abrazar a nuestro madre al hacernos mayores, si no nos costara un esfuerzo titánico decir lo siento, y si todos los te quieros tuvieran un significado que los asemejara mas a milagros que a palabras…


Si pudieras leerme sin buscar intereses ocultos, sin hacer interpretaciones bizarras, si prejuicios absurdos, sin filtros convencionalistas, sin olvidarte quien soy…


Si consiguiera que me diese lo mismo ser tachada de loca, hacer el ridículo, quedar por debajo, mostrarme tal cual, comerme mi orgullo, asumir que no soy como se debe ser y descubrirme el pecho y decirte dispara, y no encogerme al sentir el frío de una negativa, al perforarme.


Si todo esto fuera una realidad tan sencilla, tan pura, tan limpia, tan directa como las preguntas de un niño, tan eficaz como el llanto de un recién nacido, tan valioso como el saber de un abuelo, tan perfecto como el beso de una madre…


Entonces, te diría, escucha, no hay motivos para jugar a todo nada, no salgas de mi vida aunque no quieras estar en mi cama, si te pido los ojos, no me muestres la perspectiva fugada de tu espalda.


Se que no soy, la novia que uno querría lucir en la ceremonia de entrega de los Óscar, se que no iremos juntos a la boda de tu hermana, que no tendremos hijos, que no vamos a comprarnos a medias una casa.


Solo te pido, que te tomes un café en la mía, que me enseñes las fotos de la ceremonia, que me hables de ella cuando una ella haya, que si ganas un premio, levantemos las copas…


Que seas mi amigo, que formes parte, que sujetes un extremo del todo, que me reflejes la risa, que me soples las lagrimas, que no me quites tus ojos, que no me rompas en mil aquellos comienzos en los que la carne aun no había sustituido a las palabras.


Si el mundo fuera un lugar donde, por favor, fuera arte y fuera magia, si el verbo vehemente moviera montañas, si amigo fuera un puesto para el que no existieran las vacantes, si estuvieras al alcance de una oferta que no tiene esperanza de ser siquiera formulada…


Si tu nombre fuera capaz de traerte de vuelta, si estuvieras suficientemente cerca…


Si me escucharas, tan solo…si, si me escucharas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si en este mundo una sonrisa de un cualquiera no tuviera un trasfondo, o un significado oculto, muchas cosas cambiarían: en un principio el desengaño y la decepción.


PD:También te leía en el blog, esto en todos sitios :P


Laura

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