jueves, 23 de octubre de 2008


¿Sabes qué? Escribir sobre cosas que no sean amor ni recetas de autoayuda es complicado y muy frustrante a veces. Puede llegar a parecer que ya nada te importa en la vida porque, para qué negarlo, somos seres bastante pesimistas obsesionados con lo que nos sale mal. Ahora mismo me parece que si mo digo algo como "¡oh, por qué no me quieres!" o "qué desoladora es la existencia" estaría escribiendo líneas vacías que no dirían nada de nada. Es lo que tengo ganas de escribir. Pero sería una mentira.


No sé si esto es algo que responda al desencanto, al cansancio o, por el contrario, a una ola de energía arrasadora que me está recorriendo de arriba a abajo haciéndome sentir desconcertantemente bien, pero ya no quiero nada de lo que quería antes. Cortinas de humo. Puntos marcados en un mapa para tener la sensación de que voy hacia algún sitio. Una piedra en un desierto para confirmar que me estoy moviendo al verla alejarse o acercarse. Pero ahora mismo sé que para saber que estoy caminando no me hace falta nada más que mover las piernas. Y lo más importante que diga dista muchos kilómetros de lo más mínimo que haga.


La armonía y las formas, lo que convierte al ruido en música, han desaparecido. Yo sólo me vuelto, te sonrío y te guiño un ojo. Tomo aire. Me sumerjo y nado en busca de la superficie de las nuevas verdades.


De repente he descubierto que, ahora sí, si quiero, puedo. Ahora lo difícil es querer.

No hay comentarios:

Mi lista de blogs