Hasta pronto.

La pena rebotó del suelo al cielo y él también comenzó a llorar.

El corazón se me encajo en una sístole que por mucho que pasen las horas, parece eterna... pero aún comprimido y frágil, aún aturdido entre lágrimas y gotas de lluvia que la pena ha hermanado, me recuerda que tú vivirás en mi, siempre, justo ahí, ahí dentro.

Pues hablar de muerte no es hablar de labios fríos, de cuerpos inertes, cajas de madera o ramos de flores... Hablar de muerte es hablar de olvido... Y te aseguro que todos los recuerdos que hemos compartido no se alejarán de mí, te aseguro que siempre te llevaré conmigo.Porque te quise.

Te quise y te quiero.

Y no dudes un sólo instante donde quiera que estés, donde quiera que vayas, que te querré... en un futuro inmediato, próximo y lejano. Más allá de lo efímero e incluso de lo eterno.Más allá.Donde volveremos a vernos.Y volveré a acariciar tus manos, a decirte lo guapo que estás, lo guapo que eres, a cogerte del brazo y decirte que tienes las manos bonitas, a sentarme contigo en la mesa de camilla... Donde volveremos a hablar, no importa de qué... donde volveré a escucharte. Y haré lo que sea... Por verte sonreír.

Volveremos a vernos más allá de la sombra del sueño.

Hasta siempre abuelo.

Te quiero.